La televisión no es fundamentalmente mala. Con programas correctamente seleccionados, el televisor puede tener una influencia positiva en el desarrollo de sus hijos.

¡No hay muchos! Pero algunos programas de televisión y series crean contenido educativo e informativo para los niños. Estos incluyen clásicos como Barrio Sésamo o la transmisión „Die Maus“. Estos programas se dirigen explícitamente a los lactantes y los niños en edad preescolar y prestan atención a temas de valor pedagógico.

Otros programas tratan temas como historia, geografía, arte, manualidades, ciencias naturales o matemáticas. Amplían el horizonte de los niños, le imparten nuevos conocimientos y le entregan una visión interesante de los logros de este mundo.

Consejo: La televisión es también una buena manera de aprender idiomas. Por ejemplo, tu hijo puede practicar y mejorar su vocabulario, pronunciación y comprensión auditiva a través de películas y series.

La televisión es puro entretenimiento. Los efectos de sonido y las imágenes coloridas fascinan a los niños, llamando su atención y cautivándolos constantemente. No hay mejor manera de mantener ocupados a los niños.

Que sean series de dibujos animados o películas es irrelevante para la mayoría de los niños. Sin embargo es fundamental que el contenido sea adecuado para los hijos según la temática y edad.

Ya sea fútbol, baloncesto o atletismo, la televisión puede aumentar el interés de tu hijo por las actividades deportivas y animarle a vivir de forma activa y saludable.

La próxima vez que él vea deportes en la tele, siéntate. Explicale las reglas del juego y otros datos interesantes sobre cada deporte - y si tu ves que está entusiasmado, ¡un entrenamiento de prueba sería el siguiente paso!

¿Te apetece dar la vuelta al mundo? Con el televisor puedes viajar por todo el mundo, sin tener que salir de casa. Puedes llevar a tu hijo a diferentes países y sumergirlo en culturas extranjeras.

Con los programas adecuados, aprenderá más sobre otras personas, países lejanos, tradiciones y estilos de vida. Esto enseña valores como la tolerancia y la apertura hacia personas y culturas extranjeras.

Los programas de televisión para niños no sólo son instructivos. Algunos programas también son inspiradores y animan a los niños a probar cosas nuevas. Un programa de hacer manualidades puede inspirar a los niños a intentar cosas nuevas con pintura y papel.

Del mismo modo, un documental sobre científicos, artistas o personalidades famosos puede animar a los niños a esforzarse también por realizar grandes hazañas en la vida. A veces una pequeña chispa de inspiración es todo lo que los niños necesitan.

Por supuesto, la televisión también tiene un efecto negativo en los niños. Cuando tu hijo se acuclilla mucho frente a la televisión, desarrolla arrugas en la frente. Este y otros efectos negativos de la televisión pareciera que superan los beneficios.

El sedentarismo ha aumentado considerablemente desde que se integró la televisión a la salita. Demasiado tiempo frente a una pantalla conduce a falta de ejercicio, lo que puede afectar el desarrollo físico de los niños.

Esto puede llevar a una variedad de problemas. Los estudios han demostrado, por ejemplo, que existe una relación directa entre el tiempo de televisión y la obesidad en los niños.

¿Quién necesita amigos cuando hay televisión? Demasiado tiempo frente al televisor les roba a los niños el tiempo para jugar o hacer contactos. A menudo los niños que ven televisión ni siquiera están interesados en ello.

La poca o nula interacción con los compañeros es fatal para los niños. No aprenden a sentirse cómodos en su entorno social y adquieren poco conocimiento sobre las interacciones sociales y los comportamientos. Esto afecta el desarrollo social de los niños.

La televisión puede ser instructiva. Sin embargo, el exceso de televisión afecta el desarrollo cerebral de los niños. Especialmente los primeros años de la vida son fundamentales para el cerebro. Es por eso que los niños pequeños no deberían ver la televisión antes de los tres años de edad.

Investigadores en Japón encontraron que demasiada televisión puede cambiar la estructura del cerebro. Un estudio de la Universidad John Hopkins de los Estados Unidos afirma que los bebés son propensos a tener problemas de comportamiento si pasan viendo televisión más de dos horas al día.

Los niños que pasan dos o más horas al día frente a la pantalla tienen a menudo problemas de concentración. Entonces no sólo el rendimiento en la escuela empeora. Los niños también tienen un mayor riesgo de desarrollar TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).

Controlar el contenido ofrecido a los niños en la televisión es complicado. Incluso en las películas de superhéroes "hechas para niños", la violencia desempeña un papel importante, y los niños pueden tener la impresión de que la violencia no es mala.

Confrontarse desde tempranas edades a estos temas puede confundir a los niños. Las películas y las series también pueden llevar a una imagen distorsionada del sexo, la violencia y demás, por ejemplo, cuando la violencia se presenta constantemente como "cool" o "okay".

La televisión sólo se recomienda con moderación. Si dejas a tu hijo frente al televisor todo el tiempo, este corre un gran riesgo . Además no le estás haciendo un favor. Sin embargo, la televisión puede ayudarle a aprender y descubrir el mundo. Limita el número de horas de televisión y asegurate de que tus hijos vean programas y películas con contenido valioso y adecuado para su edad.